En mi mundo, cada día es una oportunidad para celebrar la belleza del mundo que me rodea. A través de mis creaciones, he aprendido a capturar la felicidad allí donde se encuentra, a menudo en los detalles más pequeños.
Esta mañana, por ejemplo, abrí las ventanas de mi taller, dejando que el sol primaveral acariciara cada fina piedra colocada en mi banco de trabajo. El reflejo de la luz sobre el cuarzo rosa me recordó cómo los elementos naturales son una fuente inagotable de inspiración. Sólo observarlos me trae una paz interior notable.
Mientras preparaba un collar, me conmovió el frescor de una ligera brisa. Este momento me trajo recuerdos de la infancia, jugando cerca de un arroyo, con los pies en el agua, rodeada de naturaleza. Estos momentos de pura alegría se encuentran en cada una de mis creaciones, donde cada cuenta, cada nudo, cuenta una historia.
Durante un paseo por el barrio, me encontré con una vecina. Nuestros intercambios, sencillos pero sinceros, sobre las bellezas de nuestra vida cotidiana, me llenaron de un calor humano vigorizante. La autenticidad de estas relaciones me recuerda que la felicidad muchas veces se esconde en una sonrisa compartida, en una escucha atenta a los demás.
Incluso en la rutina encuentro chispas de alegría. Cada pedido que preparo es una carta de amor para la persona que la recibirá. Me gusta imaginar que sus ojos se iluminan al ver las piedras elegidas especialmente para ella, colores que resonarán con su esencia. Es una conversación silenciosa, pero imbuida de significados profundos.
Y esta noche, cuando cierre las puertas de mi estudio, me detendré un momento para admirar el atardecer. Los tonos del horizonte, una mezcla de naranja, rosa y violeta, son un recordatorio diario de que el mundo es una pintura viva.
Así, cada día descubro que la felicidad no reside en la búsqueda de grandes acontecimientos; florece en el reconocimiento de las pequeñas maravillas de la vida diaria. Estas pequeñas cosas son las perlas de mi vida diaria, unidas para formar el collar de mi vida, simple pero preciosamente completo.
Atentamente,
♡ María Isabel ♡